Lo importante para comprender el momento contemporáneo es la desintegración de significados y realidades, no como consecuencia directa de un dominio estrangulador de las fuerzas establecidas sobre la realidad, sino por el contrario como un indicador central de su pérdida de control, porque son incapaces de de prevenir o limitar los cambios, derivas, desviaciones y diluciones del orden histórico que, sin embargo, afirman seguir encarnando. Luis de Colmar

Para decirlo de otra manera, parecería que cuanto más intenta el sistema fortalecer sus medidas de control sobre la estructura social, para fortalecer su dominio, más contribuye a su confusión e incoherencia. Si como resultado esta sociedad se vuelve cada vez más inhabitable, no debemos ver sólo el refuerzo totalitario que la acompaña sino también los signos de disolución de este sistema.

No podemos encerrar a los seres vivos en una camisa de fuerza de artificialidad sin consecuencias para el conjunto. La ideología del capitalismo, del sistema de mercado, está ahora en proceso de chocar frontalmente con sus propias contradicciones. Ya no estamos aquí en una proyección de lo que podría suceder (como en los análisis de Marx) sino en el tiempo histórico de esta disolución.

Esto no nos da las claves para salir de esta situación pero puede evitar que nos perdamos en interpretaciones erróneas de la situación actual.