Traducido del francés por Camino Villanueva.
Actualmente, el término “fascista” se utiliza para todo y de forma totalmente confusionista. La gente de extrema derecha llama ahora “fascistas” a sus oponentes. Hay tendencias supuestamente anarquistas que acusan a otras tendencias anarquistas de tener inclinaciones fascistas. En resumen, “fascista” puede significar cualquier cosa y lo importante es no caer en esta confusión. Para ello es esencial tener ciertos conocimientos históricos, y también un esfuerzo de transparencia respecto al sentido de las palabras. Hay que dejar de esgrimir palabras en todas direcciones, a menudo abusando de ellas, cuando es evidente que no contribuimos en absoluto a dejar las cosas claras. Lo que es cierto es que la dominación contemporánea se basa en gran medida en esta confusión del sentido de las palabras, que manipula a su antojo y según sus propias prioridades; y crea divisiones artificiales en las poblaciones que pretende controlar. Puede decirse que las tendencias fascistas están muy activas hoy en día, en un momento en el que el sistema capitalista mundial vira, para su propia supervivencia, hacia lógicas cada vez más totalitarias. No escaparemos de ello recurriendo a las imprecaciones, contribuyendo a acentuar unas divisiones inútiles ni alimentando el odio. Al contrario, se requiere un empeño constante por aclarar los debates, resolver las contradicciones, fomentar la reflexión y redescubrir un sentido de lo común que supone también elaborar lo común de los sentidos.
Como continuación de este breve artículo, resulta útil consultar:
- La psicología de masas del fascismo (en francés – pronto en castellano)