Este comentario se refiere a la edición en dos volúmenes publicada en 2016 por Libertalia.
El primer volumen contiene la historia de Antoine Giménez, el segundo reúne el notable trabajo de investigación documental realizado por los Gimenólogos que permite en todo momento ilustrar, de manera precisa y vívida, el contexto histórico y los hechos descritos en la historia.
No fue hasta 1974 que Antoine Giménez decidió recopilar sus recuerdos y componer su autobiografía; Además, el segundo volumen también resulta muy útil para compensar los pocos fallos, totalmente naturales, de su memoria.
El tema central de esta obra es por supuesto la Revolución Española de 1936 y la extraordinaria experiencia histórica que fue y sigue siendo. Y más concretamente el Grupo Internacional que se formó en 1936 en el seno de la Columna Durruti en el frente aragonés (no confundir con las posteriores Brigadas Internacionales).
La historia de Antoine Giménez es verdaderamente fascinante, tanto por el tema como porque su editor tiene un verdadero talento de escritura que le permite transcribir su experiencia con una especie de veracidad poco común. Por lo tanto, nunca hay que temer al aburrimiento.
Este gusto por la verdad fue también la causa de la publicación tardía (2006) de este libro. La ridícula mojigatería y el conformismo de ciertos círculos editoriales no les permiten concebir que los relatos históricos y las realidades de la vida cotidiana puedan mezclarse. Porque Antoine cuenta, sin vergüenza alguna, no sólo los enfrentamientos y batallas en las que participó, sus amistades, sino también los diversos encuentros románticos que marcan su experiencia y son, en cierto modo, inseparables de ella. Esto es lo que sigue ofendiendo a los puritanos contemporáneos de todo tipo y su triste concepción de la vida.
En este libro encontramos, por su presencia en el frente aragonés y, a menudo, por su pertenencia más o menos temporal a la famosa Columna Durruti, a numerosos personajes que posteriormente adquirieron cierta celebridad (como Simone Weil) pero también auténticos héroes revolucionarios y heroínas que habrían permanecido en el anonimato sin su existencia.
Y luego tenemos aquí un testimonio de primera mano de la existencia ejemplar de comunidades agrícolas en Aragón entre 1936 y 1937 que presagiaron con su éxito lo que el comunalismo podría llevarse a la práctica. Nótese que no fueron los franquistas quienes pusieron un final brutal a esta magnífica experiencia, sino el militarismo estalinista que no pudo apoyar tal demostración de autonomía popular y democracia asambleísta.
Demuestra también la terrible cobardía de las democracias occidentales, con Gran Bretaña y Francia a la cabeza (todavía bajo el gobierno del Frente Popular), que negaron casi cualquier ayuda a esta España que lucha contra el fascismo y aunque los franquistas recibieron una ayuda masiva en cooperación material y militar de la Alemania nazi y la Italia de Mussolini.
Esta cobardía pagará un alto precio poco después. Pero el capitalismo y sus diversos representantes siempre optarán por el fascismo o cualquier otro régimen totalitario antes que el desarrollo de una auténtica revolución popular que ponga fin a su reinado. Ésta es su concepción de la “democracia”.
La lección sigue siendo perfectamente relevante hoy.
En busca de los hijos de la noche
notas sobre los «Recuerdos de la guerra de España» de Antoine Giménez